1978

repintado y limpieza de la quilla de la perla i

Nuestra família, nuestros origenes

y nuestra costa

A mi abuelo Antonio le encanta contar historias. También tiene una memoria excepcional. En una ocasión quise averiguar cuantos años han pasado desde que nuestra familia empezó a dedicarse a la pesca y fui a verle. La pregunta le dejó descolocado. “Toda la vida hemos pescado en casa”, me contesto. Parecía que no pudiera imaginar un antepasado suyo lejos del mar, del pescado y de las redes. Empezó a pensar en voz alta: “tu padre, yo, el abuelo Tonet, el tío Torrevisca...”. Mi abuela nos escuchaba a lo lejos, mientras preparaba el caldo de pescado para el “arrossejat”. “Mis hermanos también eran pescadores. Y mi padre, y el tío Juanito, y el yayo...”. Ella también acabó perdiendo la cuenta. Me fui de casa de mis abuelos sin saber a ciencia cierta cuantas generaciones de pescadores me precedían. Eso sí, me quedo muy claro que mi decisión de ser pescador no era cuestión de azar. Era como si el agua salada formara parte, de forma ineludible, de mi genética.

No sabemos ni quien ni cuando, pero lo que es seguro es que todo empezó en una pequeña playa al sur de Catalunya. Es lo que hoy conocemos como l’Ametlla de Mar, “la Cala”. A principios del siglo pasado la abundancia pesquera que caracterizaba aquella costa sufrió una importante caída, empeorando las condiciones en la que vivían las familias del pueblo, que se dedicaban en exclusiva a un oficio que ya era muy precario. Algunos como el tío Juanito decidieron quedarse. Otros, subieron a sus barcas y con toda la familia pusieron rumbo al norte, buscando nuevos caladores y un emplazamiento dónde establecerse. El abuelo Tonet, como otros “caleros”, escogió Palamós. Ellos fueron los auténticos descubridores de la gamba roja.

Era como si el agua salada

formara parte, de forma ineludible,

de mi genética.

Hoy, un centenar de años más tarde, y generación tras generación, mi padre y yo continuamos haciendo lo que nuestros abuelos nos enseñaron. Salir a pescar con la ilusión y el orgullo de poder ofrecer cada día el mejor pescado salvaje de nuestras costas.

el mejor pescado salvaje

de nuestras costas

Aquellas barces de la Cala no llegaron sólo cargadas de conocimiento pesquero, sinó también gastronómico. Tomás, nuestro cocinero, también es hijo de la Cala i continúa haciendo lo que sus abuelos le enseñaron. Aprendió a cocinar a bordo de la barca de su padre, Pere del Canigó. ¿Y por qué no fusionamos estos conocimientos pesqueros y culinarios para que la gente pueda disfrutar de nuestros “ranchos de a bordo”, le pregunté? Así nacía el peix de la barca.

1960

postal del puerto pesquero de palamós con la "perla del mar"

Nuestra barca, nuestra forma de entender

y de vivir el oficio

Perla del Mar, Perla de Figueras, Perla Tercera, Perla Quarta, Perla de Palamós... Perla se ha convertido en alguna cosa más que el nombre de nuestra barca. Cada perla representa para nosotros el paso de cada uno de los pescadores de nuestra familia. Un oficio que a veces puede ser desagradecido y agotador, pero que es apasionante y encantador.

No sabríamos decir con exactitud cuántas generaciones de pescadores nos preceden. Lo que podemos asegurar es que todos y todas hemos seguido los pasos de nuestra generación anterior, de nuestra Perla anterior. De padres a hijos hemos recibido los conocimientos pesqueros de las generaciones precedentes y hemos adquirido todo lo que el mar nos puede enseñar.

hemos adquirido todo

lo que el mar nos puede enseñar

Esta experiencia nos ha sido útil para mantenernos siempre en la vanguardia del sector pesquero del Mediterráneo, buscando el equilibrio socioeconómico i medioambiental de nuestra actividad.


De esta manera hemos ido adaptando nuestra barca, nuestro medio de trabajo, a las innovaciones tecnológicas y al estado del recurso pesquero. Así conseguimos una Perla más lo más eficiente posible con la que nos esforzamos y trabajamos, día a día, con el objetivo de conseguir una pesca de arrastre cada vez más sostenible.

adaptándonos a un nuevo modelo

de pesca en el mediterráneo

El peix de la barca nace con el objetivo de adaptar el oficio de pescador al nuevo escenario que se plantea, marcado por una drástica y a la vez necesaria reducción del esfuerzo pesquero permitido. Para intentar mantener la viabilidad de uno de los sectores con más historia y tradición de nuestro territorio y facilitar la aportación de un alimento de proximidad y de una elevada calidad nutricional y gastronómica, los pescadores, desde la barca, queremos diversificar nuestro trabajo, seleccionando, cuidando y preparando para vosotros todo lo que el mar nos ofrece.

Bienvenidos a bordo de la barca,

rumbo a la sostenibilidad

del mediterraneo

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